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En la serie “Cómo conocí a tu madre”, es muy sabido que Marshall es un apasionado de la protección del ambiente. Sin embargo, cuando trabaja en un banco, no tiene ninguna restricción en mencionar a sus propietarios: “Preparé unos cuadros para demostrar cómo una empresa fantasma en Bermuda ayudaría a minimizar nuestras pérdidas y evitar que vayan a la cárcel”.[1]

En efecto, este personaje articula una preocupación por precautelar la naturaleza y, al mismo tiempo, que los dueños de un banco eludan impuestos. Proceso que se lo puede catalogar como un neoliberalismo ambientalista, que no considera la afectación que el no pago de impuestos hace en la profundización de actividades que depredan la naturaleza. En efecto, con la develación de los Pandora Papers se puso en evidencia cómo una élite económica toma la decisión consciente de no pagar impuestos, ocultándolos en paraísos fiscales.

Una situación irónica en Ecuador, pues el banquero y ahora presidente Lasso, un usuario habitual de estos mecanismos de elusión fiscal, participó recientemente en una cumbre sobre el cambio climático COP26, haciendo gala de su “ambientalismo”.  Desde esa perspectiva se pone en cuestión ¿Cómo los paraísos fiscales afectan las arcas del Estado y, a su vez, el ambiente? ¿Cómo los apasionados por la legítima lucha contra la depredación del medio ambiente reaccionaron ante el uso de guaridas fiscales? O, por el contrario, al igual que Marshall son parte del neoliberalismo ambientalista.

En
la búsqueda de situar el problema de las guaridas fiscales -lo que
filtraciones como los Panamá, Paradise, y recientemente los Pandora
Papers han develado- una noticia resalta como ejemplo: “Google se lleva
al paraíso fiscal de Bermudas beneficios de USD 34 mil millones en tres
años sin tributar por ello”.[2]
Desde esta perspectiva, se observa lo perjudicial de las guaridas
fiscales que, para EEUU seguramente significó un desfalco en sus arcas
realizado por Google, recursos necesarios para atender a este país, que
es el único en el mundo con un problema conjunto de alta desigualdad de
riqueza e ingresos.[3]
En comparación a Ecuador, el ocultamiento de Google equivale a todo un
año de políticas públicas, incluso más, considerando que en 2021 el
Presupuesto General del Estado ascendió a 33 mil millones.[4] Por otro lado, la evasión fiscal en Ecuador alcanza más de USD 7,6 miles de millones.[5]
Aún está por determinar a cuánto asciende la elusión fiscal con el uso
de paraísos fiscales, recursos que durante décadas han sido dilapidados
y, seguramente, hubieran resuelto en gran medida los problemas
estructurales del país. Entre ellos la depredación del ambiente por
profundizar la matriz de acumulación primario exportadora.

De
esa manera, si es que el país hubiera transitado hacia un país cuyos
ingresos estatales dependen en gran medida a los impuestos progresivos a
los más ricos, se tendrían mejores condiciones para no depender de
actividades petroleras y mineras, limitándolas al máximo. Como Noruega,
cuyos ingresos estatales dependen del ingreso petrolero en menos del 6%;
mientras que en Ecuador bordea entre el 39% y 18%.[6]
Por tanto, que los movimientos sociales, ONGs, etc. que tienen como eje
este elemento, deberían ser los más interesados en que la justicia
fiscal, con la lucha contra los paraísos fiscales como punto de
inflexión. Que lo contrario suceda, como que un presidente haya
utilizado paraísos fiscales durante décadas, debería generar una serie
de acciones para que esto no ocurra. La inmovilidad sugeriría la
legitimación de este mecanismo de elusión fiscal que, finalmente,
significa la reproducción de desigualdades, incluso las ambientales y
que no existe un interés real en solucionarlas. Así mismo, personajes de
la política que, sabiendo la relación del actual presidente con los
paraísos fiscales, no tuvieron ningún reparo en mencionar “Prefiero un
banquero” y ahora pretenden realizar denuncias para tratar de apropiarse
la coyuntura. Ni que decir de aquellos tomadores de política pública
que han usado durante décadas paraísos fiscales en Delaware, Islas
Cayman, Panamá, etc. y, ahora se sitúan como defensores del medio
ambiente. Son personajes que, al igual que Marshall, son parte del
neoliberalismo ambientalista.

[1] Temporada 4: Capítulo 22.

[2] https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/10965563/12/20/Google-se-lleva-a-Bermudas-beneficios-de-34000-millones-en-tres-anos-sin-tributar-por-ello.html

[3] https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/00031224211027800?journalCode=asra

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[4] https://www.finanzas.gob.ec/proforma-presupuestaria-2021-en-enviada-a-la-asamblea-nacional/

[5] https://www.elcomercio.com/actualidad/negocios/evasion-impuestos-ecuador-contribuyentes-empresas.html#:~:text=La%20evasi%C3%B3n%20genera%20un%20perjuicio,el%20pa%C3%ADs%20en%20un%20a%C3%B1o.

[6] Datos Noruega: https://www.ssb.no/431311/general-government.taxes-and-social-security-contributions.nok-million; Datos de Ecuador: Operaciones del Sector Público no Financiero: https://www.bce.fin.ec/index.php/informacioneconomica

Fuente: https://coyunturauceiie.org/2021/11/02/marshall-y-los-pandora-papers-o-el-neoliberalismo-ambientalista/