El
recorte de impuestos a las personas más acaudaladas como condición para
generar bienestar en las sociedades contiene dos falacias. La primera es
que la disminución genera bienestar, la segunda es que beneficia al
conjunto de la población. En efecto, el recorte de impuestos a las
personas más ricas solo les beneficia a estas. Es lo que ocurre con el
Impuesto a la Salida de Divisas -ISD-, su disminución favorece a las
élites.
Así,
según datos del SRI, en el año 2020 el total recaudado asciende a 964
millones de dólares, lo que implica una salida de divisas que asciende a
más de 19 mil millones de dólares. De este monto el 41%, casi 8 mil
millones de dólares, son transferidas por 301 Grupos Económicos que
pertenecen a un poco más de mil personas (1071). Por lo tanto, en ese
año menos del 0,01% de la población ecuatoriana más rica del país envió
el 41% del total de divisas generadas en el Ecuador.
Con
estos resultados, la disminución de la tarifa del ISD beneficia a estas
élites y no al 99% del país que no saca divisas. No solo por la
disminución de la recaudación, también por el incentivo a transferir
divisas, lo que podría catalizar una posible fuga de capitales. Una
situación que se comprueba al observar que la salida de divisas tiene
como destino a territorios considerados como paraísos fiscales. En el
2020 aproximadamente 563 millones de dólares se transfirieron a estas
jurisdicciones.
Con
esta evidencia se observa el beneficio dirigido exclusivamente a un
grupo social, situación que no debe sorprender si es que las personas
que están tomando estas decisiones pertenecen a dicho grupo social. Por
consiguiente, es necesario no solo interpelar el beneficio direccionado,
sino la presencia de aquellos que buscan el beneficio exclusivo de un
grupo social históricamente privilegiado en detrimento de la gran
mayoría históricamente subordinada. Algo que no ocurre de manera tan
descontrolada en países en que los impuestos y las restricciones a las
fuga de capitales están muy bien controladas por el Estado.
Nota: Equipo de investigación: Alisson Pérez, estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central del Ecuador.