La cumbre climática o COP 30, se acaba de realizar en la ciudad brasilera de Belém, en medio de tensiones geopolíticas y urgencias para frenar la aceleración de la crisis socio-ecológica de la que el cambio climático es su expresión más visible. Luego de tres cumbres en países productores y comercializadores de petróleo (Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiján), Belém era un símbolo que auguraba compromisos fuertes en políticas de mitigación y adaptación a la crisis socio-ecológica colocando a la selva amazónica y a América Latina como foco de atención de los gobiernos.