El
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acude este martes a Asia
Occidental para una gira regional que empezará en Arabia Saudí y
tendrá escalas en los Emiratos Árabes Unidos y Qatar. Se trata de
un viaje de negocios en todos los sentidos del término, que puede
suponer billones de dólares en inversiones y acuerdos comerciales.
Los Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, ya han prometido
invertir
en los próximos diez años en
Estados Unidos 1.4 billones de dólares
en sectores que van desde la inteligencia artificial y la energía
hasta la minería y la producción de aluminio. Arabia Saudí, por su
parte, se ha comprometido a invertir 600.000 millones de dólares en
Estados Unidos en los próximos cuatro años. Según
la agencia de noticias Reuters, Trump también
ofrecerá al reino un paquete de armas por valor de 100.000 millones
de dólares.
Mientras tanto, en consonancia con el contundente historial de
nepotismo y enriquecimiento personal del presidente, da la casualidad
de que la Organización Trump preside actualmente proyectos
inmobiliarios y otras inversiones de negocios en los tres países del
Golfo que Trump tiene previsto visitar.
Y, sin embargo, hay un país que brilla por su ausencia en el
itinerario regional a pesar de ser desde hace mucho tiempo el mejor
amigo de Estados Unidos en Asia Occidental: Israel, la nación que
durante los últimos 19 meses ha estado perpetrando un genocidio
en la Franja de Gaza con la ayuda de enormes cantidades de
dinero y de armamento estadounidenses. La cifra oficial de
víctimas palestinas asciende a casi 53.000 personas y no deja de
aumentar.
Aunque el genocidio empezó bajo la mirada de su predecesor, el
presidente Joe Biden, Trump se apresuró a abrazar también la
matanza masiva y poco después de reasumir el cargo anunció
que estaba “enviando a Israel cuanto necesita para acabar el
trabajo” en Gaza. Sin embargo, parece que para el gusto del
presidente estadounidense Israel tarda demasiado, sobre todo ahora
que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha ordenado
intensificar la ofensiva contra un enclave, la mayoría del cual ya
está reducido a escombros.
Por supuesto, el problema no es que a Trump le preocupe que se
siga masacrando y matando
de hambre tanto a la población infantil como a la adulta
palestina mientras Israel se toma todo su tiempo para «”acabar el
trabajo”, sino que el genocidio que está teniendo lugar
simplemente está entorpeciendo su idea de la “Riviera
de Oriente Medio” que supuestamente surgirá de las ruinas de
Gaza y cuya creación ha esbozado
así: “Estados Unidos se hará con el control de la Franja de Gaza
y también haremos un trabajo con ella. Seremos sus propietarios”.
De modo que, aunque la guerra puede ser buena para los negocios (que
se lo pregunten a la industria de armamento), parece que, en última
instancia, demasiada guerra puede ser una inversión
contraproducente, al menos desde el punto de vista del negocio
inmobiliario de Trump.
En vísperas de la expedición de Trump a Asia Occidental cada vez circularon más informes acerca de las tensiones que había entre el presidente estadounidense y el primer ministro israelí, y no solo en el frente de Gaza. NBC News señaló el domingo que “el anuncio de Trump de que Estados Unidos iba a detener su campaña militar en Yemen contra los hutis, a los que apoya Irán, había sorprendido y enfurecido la semana pasada a Netanyahu”.
Al parecer, al primer ministro israelí le irrita todavía más la
negativa de Trump a apoyar que se lleven a cabo ataques militares
contra Irán. Además, según se ha informado, Estados Unidos ha
descartado la exigencia de que Arabia Saudí normalice sus relaciones
con Israel como condición para que Estados Unidos apoye el programa
nuclear civil de este reino.
¿Qué significa, entonces, la tensa relación entre Trump y
Netanyahu para la siempre sagrada «relación especial» entre
Estados Unidos e Israel? Según un artículo
publicado por el medio israelí Ynetnews, “a pesar de las
tensiones, los altos cargos israelíes insisten en que la
coordinación entre bastidores con el gobierno Trump sigue siendo
estrecha y que no hay una verdadera ruptura política”. Este medio
asegura a continuación a sus lectores que el embajador
estadounidense en Israel Mike Huckabee “ha negado los rumores de
que Trump podría anunciar que apoya un Estado palestino durante su
visita” a las tres naciones del Golfo. Por supuesto, no está muy
claro qué tipo de “Estado palestino” podría promover el hombre
que propone que Estados Unidos sea propietario de la Franja de Gaza y
expulsar a su población palestina originaria.
Aunque puede que se margine a Israel en este viaje, eso no
significa que no siga cumpliendo una función clave en la maldad
general de Estados Unidos. Hace solo un mes el ministro israelí de
Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir (autor de la idea
de que “no hay razón para que entre un gramo de comida o ayuda en
Gaza”) fue recibido por altos cargos republicanos en el complejo
Mar-a-Lago de Trump en Florida. Después de una cena celebrada en su
honor, Ben-Gvir se
jactó de que los
republicanos “habían expresado su apoyo a mi muy clara postura
sobre cómo actuar en Gaza y de que se deben bombardear los depósitos
de comida y ayuda”.
Dejando de lado los ostentosos acuerdos cerrados en el Golfo por
valor de un billón de dólares, tengan por seguro que el gobierno
Trump sigue tan comprometido como siempre con sacar provecho de las
atrocidades que comete Israel.
Las opiniones expresadas en este artículo son las de la
autora y no reflejan necesariamente la línea editorial de Al
Jazeera.
Belén Fernández es autora de Inside Siglo
XXI: Locked Up in Mexico’s Largest Immigration Detention Center (OR
Books, 2022), Checkpoint Zipolite: Quarantine in a Small Place
(OR Books, 2021), Exile: Rejecting America and Finding the World
(OR Books, 2019), Martyrs Never Die: Travels through South
Lebanon (Warscapes, 2016) y The Imperial Messenger: Thomas
Friedman at Work (Verso, 2011). Es redactora colaboradora en
Jacobin Magazine y ha colaborado con New York Times,
el blog London Review of Books, Current Affairs y
Middle East Eye, entre otros muchos medios.
Texto original:
https://www.aljazeera.com/opinions/2025/5/12/is-trump-abandoning-israel-not-really
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.